miércoles, 20 de abril de 2016

Metamorfosis en la escuela

A lo largo de los años la forma en la que vivimos ha ido mutando. Todos como estudiantes hemos sufrido pequeños o gigantescos cambios respecto con las previas generaciones. 

Hoy en día, con el desarrollo de las tecnologías se ha generado un estado permanente de cambio. Cada poco tiempo hay una nueva red social o herramienta digital a la que los alumnos dedican su tiempo, pero esta es efímera y pronto es sustituida por otra más novedosa.

Esta espiral de cambio provoca en los alumnos la incapacidad de implicarse en algo durante un largo tiempo. Si a esto, sumamos que en las escuelas se hace uso de un proceso educativo tradicional y que esta  no se acerca a los estudiantes, el resultado que obtenemos es un total desinterés en el proceso de aprendizaje. Por ello ¡tenemos que mutar como docentes!.

El profesor debe conocer al alumnado, saber cómo acercarle hasta el conocimiento. Tenemos que evitar que el estudiante sufra una metamorfosis que le convierta en un zombi, aislado del mundo que le rodea, sin interactuar con otros. Tenemos que promover un mutante integrado en esta sociedad de cambio permanente, que sepa aprovechar todas las oportunidades que se le presenten y que comparta todo lo nuevo que aprenda.

El nuevo alumno mutante también trae consigo cosas buenas con el conocimiento en el nuevo uso de la comunicación: 
  • Está continuamente informado, analizando datos y sucesos que ocurren por todo el mundo. Esto abre su mente y amplía su forma de pensar.
  • Da alas a su curiosidad y fomenta su creatividad con un amplio abanico de herramientas para utilizar.
  • Se convierte en un individuo que es capaz de trabajar de manera autónoma.
Es nuestro deber saber aprovechar estas cualidades para crear en el aula un contexto idóneo para el desarrollo del aprendizaje.
¡Todo es posible!

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